El viernes terminamos el primer tema. Ha sido bastante fácil: hemos repasado las vocales, los números del 0 al 5 y las partes del cuerpo. Ha servido, sobre todo, para establecer unas pautas de actuación que serán las que nos acompañen todo el año. En las hojas que se van realizando coloco un sello con la fecha y voy supervisando el trabajo realizado. La mayor parte de las actividades las trabajamos en la pizarra y luego en el libro, tratando de lograr la mayor comprensión posible y su participación.
La rutina a la hora de entrar se va afiazando. Cuelgan su mochila, cogen su estuche de la caja, bajan la silla y colocan el estuche en un lado de la mesa hasta recibir otras instrucciones. Las filas para salir siguen presentando algunos problemas, puesto que las dos únicas condiciones propuestas (fila recta y en silencio) parecen ser demasiado exigentes (pero todo se andará).
Me gustaría destacar el entusiasmo con el que están realizando la tarea del reciclaje, tanto a la hora de aportar garrafas para reunirlos como a la hora de tirarlos al contenedor apropiado. De momento, tenemos dos encargados más además de la pareja que recicla; se trata del encargado de repartir y de revisar que no haya papeles por el suelo. Espero poder incorporar más adelante alguno que riegue las macetas (cuando las haya) y uno de organizar la biblioteca de aula. Han interiorizado muy bien las normas y muchos pueden presumir de cumplirlas a diario.
En el siguiente tema ya aparecen la p y la m. Esto implica que usaremos la cartilla a diario, como complemento del libro de texto. Aún no han llegado las cartillas que faltan, por lo que se las estoy repartiendo a aquellos alumnos que han presentado mayor dificultad a la hora de leer con la maestra de apoyo. Es importante que las traigan de vuelta para que otros compañeros se las puedan llevar al día siguiente.
Ha llegado el momento de dedicarle un rato todas las tardes a las tareas del colegio, si no las fichas que lleguen sin hacer (que también), sí a la cartilla. No es necesario agobiar, cansar o aburrir con largos ratos; es preferible algo corto (unos 15 minutos) y constante.
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